lunes, 18 de mayo de 2015

Regalo de cumpleaños

No todos los clientes son iguales. Hay casos fáciles y otros difíciles. No hablo del físico, que nuestro trabajo no va por ahí, sino por la sesión en si, clientes que requieren más físicamente y otros menos. Servicios con peticiones especiales y otros más convencionales, siempre lo digo, en el sexo hay un abanico tan grande como personas en el mundo y nosotros estamos ahí para casi todo. 

Físicamente es otro asunto, hay clientes más atractivos y otros que no lo son. Como buen profesional uno bloquea eso en el cerebro y hace bien su trabajo sin tener eso en cuenta. Hoy te hablo de una excepción. Es el cumpleaños de Marcus y tenemos un día organizado de playa, sol, comida, descanso, etc. Cuando llama un cliente que si estamos disponibles en una hora. Adiós planes, pero el trabajo manda. Así que tras el gimnasio nos duchamos y preparamos la habitación de trabajo y preparados para recibir al cliente. 

Quizá en un día como hoy que quieres que sea diferente es una mala idea atender un cliente, pero necesitamos el trabajo, así que cambiamos los planes y adelante. Marcus baja a recibir al cliente y yo espero en casa. Es una manera de romper el hielo, que no se encuentre el cliente con los dos a la vez que le puede cohibir, una manera que vea en la calle que somos los chicos de las fotos, que no es un engaño, que muchos clientes llegan con suspicacia y una manera de introducirse en la situación que creemos que ayuda a que todo salga mejor. Yo espero en casa, sin camiseta, para dar ya una entrada más sexy al cliente a casa. 

Cuando se abre la puerta y entra Marcus con el cliente, yo alucino. Me lo presenta y yo debí poner una cara de bobo para verme. El cliente era espectacular, un chico de nuestra edad, musculoso como un armario, mis brazos no lo abarcaban y guapo. Un chico muy masculino, con una actitud muy divertida. Yo le acompaño a la habitación de trabajo y por el camino se quita ya la camiseta. Trago saliva, creo que demasiado ruidosamente, tiene un cuerpo espectacular, un pecho enorme y unos brazos y hombros de deportista que pasa horas al día trabajando el cuerpo. 

Voy a por Marcus dando saltitos de la emoción. El servicio genial, un regalo, un gran regalo de cumpleaños para Marcus. El chico tenía un cuerpo que no podía dejar de tocar, los dos casi descontrolamos y eyaculamos (cosa que no hacemos en los servicios). El chico genial, se fue contento y nosotros más. 

Para mi cumpleaños quiero un regalo de cliente así también. 

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